Escuchar
que los niños sueñan con ser, el día de mañana, esto o lo otro, Ver jóvenes
entregados a sus estudios para lograr lo que sueñan o empeñados en trabajar
para adquirir mejores condiciones, Ver Padres Abnegados trabajando para hacer
de su familia un mejor espacio, Ver a los pobres organizarse y trabajar para no
tener que sufrir en un futuro las mismas carencias; Ver a tanta gente
inconforme con este mundo y luchando porque sea más justo, más humano, me anima
a pensar que tod@s soñamos con un mundo mejor, con algo mejor que esto que hoy
tenemos…
Pensar
en un mundo mejor, es decir, hacer de nuestro planeta un lugar más justo, más
digno, más humano, más agradable para tod@s no está mal. Es más, es un deber de
tod@s los que ocupamos este hermoso planeta.
En
la lucha por alcanzar este sueño de tod@s se hace de todo, Unos utilizan este
método, otros idean otras maneras, unos lo quieren hacer meramente desde el
plano de lo religioso, así como otros desde lo meramente político, sin embargo,
como señala Pablo en la Primera Carta a los Corintios: “Todo está permitido, dicen; pero no todo conviene. Todo está
permitido. Pero no todo edifica.”
Dios
se soñó este mundo como un lugar en donde fuéramos capaces de coexistir entre
hermanos y con las demás especies, es decir, un lugar donde fuésemos felices
nosotros y los otros, en el cual tuviéramos la posibilidad de cuidar y recrear,
y para ello puso una meta, El amor. El camino podrá ser accidentado, pero la
meta seguirá siendo la misma. Sólo esta meta traerá felicidad a tod@s. El amor
que se da, que dignifica, que respeta, que perdona, que dialoga, que
promociona, que levanta, que anima, en fin, que da sentido a la vida propia y
ajena.
Hoy,
en muchos lugares del mundo, son unánimes el clamor por la justicia y la paz,
anhelos humanos con los que muchos juegan, trafican y se enriquecen. Unos
quieren conseguirlos a costa de dolor, sangre y más muerte, otros los buscan
por el camino del diálogo y la concertación. Muchas veces nos despreciamos
mutuamente al tiempo que desprestigiamos los métodos que encarnamos en ese
ejercicio de la transformación del mundo, es así que nos insultamos, nos
maltratamos y nos seguimos matando.
Desde
la mirada de Jesús se nos propone el camino de las Bienaventuranzas:
“Felices los pobres de espíritu, porque el reino de los
cielos les pertenece.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los desposeídos, porque heredarán la tierra.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque
serán saciados.
Felices los misericordiosos, porque serán tratados con
misericordia.
Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque se llamarán
hijos de Dios.
Felices los perseguidos por causa del bien, porque el
reino de los cielos les pertenece.
Felices ustedes cuando los injurien y los persigan y los
calumnien [falsamente] de todo por mi causa”.
Felicidad, ese es el deseo de Dios para tod@s, y quien la
predique con su vida o su palabra tendrá la autoridad que le otorgan Dios y su
coherencia para lograr contagiar cada día más de la alegría de vivir con la
certeza de que Dios siempre nos acompaña en la construcción de “otro mundo
posible.” Que tod@s merecemos…
EQUIPO ORIENTACIÓN
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