domingo, 20 de julio de 2014

CELEBRA LA VIDA REFLEXIONANDO

En misa, en el culto, en catequesis, en la revista esta o aquella, en la Biblia, en voz de la monjita, del pastor, de mi mamá, de mi abuelita o del cura hemos oído hablar del Reino de Dios. Nos han dicho muchas cosas, entre las cuales se resaltan que es un estado del alma, que es un lugar físico, que es el lugar de residencia de Dios, el premio eterno para quienes se portan bien en la vida terrena, que es el reinado del amor, la justicia y la paz…
En resumen, se nos ha dicho mucho, pero nadie nos ha mostrado nada; es tema de controversia dada las diversas interpretaciones que tiene pero nadie nos dice a ciencia cierta de qué se trata, salvo Jesús quien a través de su vida y su palabra no sólo nos mostró el camino si no que nos dio claras pistas de que es una realidad vigente y en permanente construcción.

Tal vez el gran  problema que tenemos frente a la cuestión del Reino es el de muchas veces, que pretendemos racionalizarlo todo, y volver un concepto cualquier realidad con la que nos encontramos… Y el Reino de Dios es una realidad intangible, imperceptible a los meros ojos de la razón humana.

El Reino es el sueño de Dios para sus hijas e hijos, es una realidad que permanece viva no sólo en el sentir de cada creyente sino en la existencia de todos aquellos que sin excusa trabajan y luchan por la consecución de un mundo más justo y humano, ya sea en pequeña o gran escala, es decir, de todos aquellos que trabajan por la defensa de los derechos humanos y por acabar con la violencia y el hambre en el mundo sino todos aquellos que con sus pequeñas acciones en casa o en la calle son justos, amables, misericordiosos, solidarios, etc.

Tal vez nunca sepamos de qué se trata en realidad, tal vez la mente humana no alcance nunca a percibir de qué se trata en realidad, pero frente a tanta interpretación que hay por ahí, y teniendo en cuenta que en nombre de Dios cualquiera puede estar haciendo cantidad de barbaridades, la liturgia de este domingo, pero de modo particular el Evangelio sale al encuentro de esos que a punta de esfuerzos queremos construir el Reino, y lo hace con una advertencia, un ejemplo y un llamado.

En primer lugar nos advierte que en la construcción de ese reino no nos corresponde señalar, separar o discriminar, hay que estar prontos a denunciar la cizaña que aparezca, aprender a reconocerla, diferenciarla del trigo y dejar que la vida siga su curso, no sea que por querer arrancar los males de raíz resultemos dañando toda la cosecha, como pasa con en el área metropolitana de Bucaramanga, donde los políticos que trabajan en nombre de las juventudes unas veces se muestran llenos de fe y optimistas y otras muchas solo buscan que se endurezcan las penas, y así quedar muy bien con los unos y los otros…
Todos, creyentes y no creyentes debemos tomar parte de la historia que nos ha correspondido, pero estamos aquí o somos de allá.

Seguidamente, Jesús con el ejemplo del grano de mostaza nos da a entender que su Reino es una armazón grande que se construye a partir de las cosas pequeñas, es decir, de pequeñas acciones, de palabras sencillas, de sentimientos nobles y sinceros, de esos que no están presentes en tantas propuestas pomposas que pregonan a los cuatro vientos amor, justicia y libertad.

Por último, Jesús nos hace un llamado a ser levadura, dicho de otra manera, a buscar que esas acciones que concretizan nuestros sentimientos y pensamientos acerca del Reino sean verdadera muestra de la construcción de un mundo más humano y justo, y verdadera levadura que fermente los esfuerzos tímidos de tant@s que aún no se convencen de lo importantes que son en la construcción de este proyecto de Dios y de tod@s. 

EQUIPO ORIENTACIÓN


domingo, 13 de julio de 2014

CELEBRA LA VIDA REFLEXIONANDO

Se va destiñendo el Evangelio, ese que debía ser una buena noticia, novedad para cada momento de la historia. No porque sea un libro mágico sino porque cuenta la historia apasionante de un Dios que nos ama sin medida, que se hizo uno de nosotros, que comprende nuestra condición y que desde ahí camina con nosotros en esta existencia cargada de alegrías y tristezas.

Hemos leído doctrinal y moralmente aquello que es vida y amor, hemos limitado el Evangelio a un recetario de normas y comportamientos para quienes quieran agradar a Dios…

Un ejemplo de esto es la parábola del sembrador que alguna vez el Maestro les contó a quienes caminaban con él. Un ejemplo sencillo de un hombre que salió a sembrar y algunas semillas no florecieron al caer en tierra seca, al calor, en el camino y entre espinos. Se ha interpretado esta sencilla parábola en un marco moralista y doctrinal de asumir verdades, de seguir dogmas porque, según decían, así lo quiso Dios.

Cuando nos acercamos al Maestro un hombre libre, que rompió esquemas, porque amó sin medida, porque dio sentido a la ley en cuanto comprendió que es válida sólo si es para cuidar y promover la vida, porque oraba a Dios como Padre, porque estuvo cerca de aquellos que necesitaban experimentar el amor de Dios podremos decir, sin temores, que la parábola del sembrador no se trata de dogmas o verdades absolutas.

Es una parábola muy sencilla en la que Jesús re-crea el proceso maravilloso de la vida que nace de la pequeñez de una semilla. La vida que es el fruto del amor de Dios, que se nos da sin pedirla, que nos llega en un tiempo y momento histórico no elegidos por nosotros. La vida que es el tesoro más preciado en la creación, la vida de cualquier miembro de la creación que merece ser valorada y respetada sin importar su condición, estado o proceso en el que esté.

Cuenta la parábola que algunas semillas de esta vida no florecieron, algunas ni alcanzaron a vislumbrar la existencia por condiciones de calor, falta de abono o pisoteadas en el camino… Dándonos así Jesús el marco para que la vida se de en plenitud: El Reino de Dios.
El Reino de Dios que no es una doctrina, una religión o una teoría sino el querer de Dios para todos sus hijos e hijas. El Reino es el plan maravilloso del Padre para su creación. Plan que tiene como primera y única norma el amor, amor de cruz que nos enseñó el Maestro. El Reino se traduce en condiciones concretas para que la vida pueda florecer en todo su esplendor: respeto por la vida, justicia, equidad, igualdad de oportunidades, educación, salud  de calidad, vivienda, recreación, deporte, expresiones libres de fe en Aquel que nos ama sin medida…

Dirán algunos que esto es utópico, que se han hecho esfuerzos en la historia y han terminado fracasados violentando la existencia… Pero es nuestro deber como cristianos, como creyentes sumarnos al plan de Dios para su creación. De muchas maneras se ha violentado la vida y se sigue violentando, urge que juntos (sin límites de credos o ideas) nos unamos por construir sociedades más humanas en las que la vida de cualquier ser pueda darse en plenitud sin ser truncada o detenida…


 EQUIPO ORIENTACIÓN

domingo, 6 de julio de 2014

CELEBRA LA VIDA REFLEXIONANDO

Con el tiempo y, como de una manera heredada nos hemos acostumbrado a ver los problemas de la vida  como grandes monstruos imposibles de vencer o superar. Es tan arraigada esta tendencia en nosotros que ante cualquier obstáculo lo primero que pensamos es en tirar la toalla, salir corriendo dejando todo a su suerte como si con esto los inconvenientes fuesen a desaparecer, como si con esta actitud quedásemos “vacunados” contra dificultades futuras…

En verdad que son muy pocos los seres humanos que ante los apuros agrestes de la vida y de la historia adoptan una postura más reflexiva y comprometida con la solución de estos. Es cierto que para muchos la historia no ha sido una aliada incondicional, que a diario se enfrentan a inconvenientes gravísimos, tristes  y dolorosos pero, ¿quién está exento de dificultades o tropiezos al emprender el camino de la vida? ¿Quién no ha tenido inconvenientes al realizar una opción personal o comunitaria? Con seguridad tendremos que decir que TODOS…
Ya desde el mismo momento en que somos engendrados nos enfrentamos a los primeros peligros de la vida, que afrontamos sólo con las herramientas que la naturaleza nos ha otorgado. Todos, absolutamente todos tenemos cada día ante nuestro ser el reto de un nuevo día, de ganarle el combate al desaliento, al aburrimiento, a la desconfianza, a la desesperanza y así luchar por ser felices…
Eso es la vida, una lucha constante por nuestra felicidad y la de aquellos que amamos y nos aman.

La vida está hecha de contrastes, en ella se sufre y se goza, se vive y se muere, se ríe y se llora, se pierde y se gana, se construye y se destruye, se ama y se odia, en fin la vida está hecha de las pequeñas cosas que van moldeando nuestra humanidad, nuestra manera de pensar, de sentir y de creer. La vida no está hecha, no es un artículo prefabricado que se compra o que se vende, la vida se vive, se repiensa y se recrea en cada cosa que hacemos, sobre todo cuando damos rienda suelta al espíritu del amor, de la libertad y de la creatividad que habita en cada uno de nosotros, sobre todo, cuando optamos por hacer de ella el mejor regalo para quienes están a nuestro lado, también cuando buscamos a toda costa la promoción y la felicidad de los nuestros, pero también la de todos aquellos que el mundo ha rechazado, ha excluido y ha olvidado…

La vida es hermosa por naturaleza, pero pronto perderá su belleza si quienes tenemos la tarea de recrearla a diario permitimos que se empañe de desaliento, desazón, tristeza, dolor y desencanto.

“Te doy gracias Padre, Señor del Cielo y de la Tierra porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos y se las has dado a conocer a los pequeños…”

Padre Dios, ayúdanos, ilumínanos y acompáñanos para que cada día logremos moldear en nosotros la pequeñez que requerimos para asumir la vida con la humildad, la sencillez y la fuerza que se necesita para lograr ser verdaderos testigos de tu amor en cada espacio de esta historia que vamos escribiendo con la tinta indeleble de nuestras opciones y acciones.

EQUIPO ORIENTACIÓN 

domingo, 15 de junio de 2014

CELEBRA LA VIDA REFLEXIONANDO

A lo largo de la historia las religiones han pedido a sus comunidades que asuman verdades de fe, es decir creer no por la razón sino por la opción libre y personal de asumir esto o aquello como verdad…

El momento histórico, los avances de la razón y la ciencia exigen que las personas conozcamos, comprendamos para luego asumir. Y con esto no atentamos contra la fe o contra Dios. Para los cristianos Dios es Trinidad, un Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo… Este gran misterio no podemos seguirlo viendo como una verdad muerta que nos toca creer o aceptar, tal vez esto ha causado que los cristianos no asumamos compromisos reales y concretos con la transformación y re-creación de la historia.

Es apasionante cuando reflexionamos acerca del Dios que Jesús nos mostró con su vida. Es un Dios inquieto, inconforme, al que le duelen sus hijos e hijas, que ama sin medida, que nunca ha abandonado a los suyos aun en los peores momentos de la historia…

Es el Dios que se ha hecho presente en la historia de tres formas:

1. Padre: que da la vida por amor (crea), que siempre acompaña, que nunca abandona, que es compañero de camino. Esa era la experiencia de fe de Jesús, por eso siempre estaba caminando con el pueblo, en calles, plazas, mercados y templos buscando que otros experimentaran el amor de Dios.

2. Hijo: ese mismo Dios que crea, que da la vida, que siempre ha estado ahí para sus hijos e hijas se hace hombre, asume la condición de los suyos… Es decir, es un Dios que comprende nuestra humanidad, que sabe de nuestros miedos y limitaciones y que con su vida espacial y temporal nos señaló el camino: el amor. Un Dios que re-crea  y transforma la historia, por eso asumió nuestra condición para restaurar la vida e iniciar una vez el camino.

3. Espíritu Santo: Un Dios que se hace presente en nuestros ser, que habita en lo profundo de nuestros corazones, que nos guía y nos santifica. (Santificar: restaurar nuestra vida acorde al plan de Dios). Un Dios que movido por su amor se queda con sus hijos e hijas para acompañar, guiar y fortalecer.

Ese es el Dios de Jesús… Se supone que debería ser nuestro Dios al ser seguidores del Maestro. Y ese Dios es el que nos está pidiendo abandonar la indiferencia, la pereza, la “quejadera”, la fe cultual y aparatada de la realidad para iniciar procesos de transformación histórica que solo serán posibles con el compromiso, el amor, el perdón, la lectura crítica de la realidad y los pequeños esfuerzos que cada uno realice en las diversas situaciones en las que se desenvuelva.  

EQUIPO ORIENTACIÓN 

domingo, 8 de junio de 2014

CELEBRA LA VIDA REFLEXIONANDO

Desazón, desesperanza, desaliento, incredulidad, desconfianza, pesimismo, miedo e impotencia son el pan de cada día para tantos que poco a poco se acostumbraron a vivir en medio del vicio, del desempleo, de la muerte, en fin, de una historia que se les torna cada día más inclemente…

En la misma línea, la televisión, la radio, la prensa local y mundial, a diario pretenden hacernos creer que estamos sumidos en la desgracia, que esto ya no tiene remedio.

Y tal vez diremos, es cierto. Es cierto porque nos hemos topado por el camino de la vida con gente negativa, destructiva, chismosa, egoísta, envidiosa, problemática y sucia para competir o porque simplemente nosotros también somos así, lo sabemos y no hacemos nada por ser diferentes.

Es cierto, dirán otros, porque no hay empleo, no tenemos una salud digna o un techo decente, porque los jóvenes se nos están perdiendo en los vicios, en la pereza, porque se nos están volviendo ladrones, porque ya no podemos ni salir a las esquinas de nuestras casas, en fin… Y es así como resultan expresiones como: “El mundo está en crisis.”, “de esta no vamos a salir.”, “estamos jodidos.”, “Ya no tenemos remedio.” Expresiones que a la ligera no producen ningún compromiso con la historia, porque dañan considerablemente la consciencia colectiva de muchos que bien podrían hacer algo.

Es así que conducidos por el desaliento y la desesperanza frente a la realidad, como sociedad nos volvemos fácilmente vulnerables al coqueteo y la seducción de aquellos que aprovechándose de la necesidad popular, se atribuyen, cual caudillo, el liderazgo en la defensa de los derechos de todos, en la conservación de la moral y las buenas costumbres y en la consecución del bienestar social, nada menos que para seguir amasando sus fortunas y las de sus familias a costas de la desesperanza y pereza públicas.

¡Basta! ¡Ya no más! Es tiempo que reaccionemos, que creamos en nosotros, en la fuerza de nuestra solidaridad, en nuestra creatividad, en el potencial que cada uno de nosotros tiene. Está visto que los caudillos vienen y van y la cosa sigue igual. ¿Por qué en vez de seguir depositando nuestra confianza en aquellos que se han aprovechado de nosotros,  mejor hacemos uso de aquello que de manera personal o colectiva nos dotó el creador para enfrentar la vida?
¿Por qué en vez de quejarnos por todo lo malo que nos acontece no emprendemos mejor acciones concretas para que esto no se siga repitiendo en nosotros o en los otros?

El Espíritu de Dios sopla en todas partes, sopla en cada ser humano que no se queda sumido en sus razones para sufrir sino que trabaja por su felicidad y la de los otros, sopla en cada persona cuando perdona, cuando  es compasiva con el dolor del otro, cuando lucha por liberarse de todo lo que la oprime y daña, cuando se levanta de sus caídas; sopla cuando reina la confianza, la libertad, la verdad y la vida por encima de las fuerzas del desaliento, la mentira y la muerte.

Sopla en ti y en mí que tenemos miedo de enfrentarnos a una realidad cruda y cada vez más difícil, para darnos confianza, fortaleza y esperanza de seguir adelante en el trabajo de que ningún ser humano tenga que rezar más, “a ti clamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas…”

Para quienes están llenos de desesperanza, un ejemplo reciente de que sí se puede construir ese otro mundo posible es el nacimiento de la Fundación JUGGO, que surgió del seno de una familia después de superar la pérdida de uno de sus hijos, y que se dedicará a ayudar a jóvenes de escasos recursos con el fin de que puedan estudiar…

“Dame Tu Amor y Gracia,
 Que éstas me bastan”...

EQUIPO ORIENTACIÓN

domingo, 25 de mayo de 2014

CELEBRA LA VIDA REFLEXIONANDO


♪♪♫♪♫♫♪ “El amor es más grande que yoy que todas las cosas del mundo; más que el cielo, el sol y la tierra. Es oír una expresión bonita de paz y cariño, es hablar de lo lindo en la vida con un gran amigo y besar en la frente fruncida al ser más querido.  Es caminar, sin importar la lluvia o el sol al lado de alguien, es razonar al pretender abarcar la persona que al fin es más libre que el aire…” ♫♪♫♪♪♫♪

Como esta letra son muchas otras las que autores anónimos y reconocidos a través de sus poemas, canciones, coplas, cuentos y retahílas han dedicado a hablar de esta experiencia tan grande y significativa para el ser humano, el amor…

Es que el amor es el motor de la humanidad, de eso saben muy bien las mamás que madrugan y trasnochan por sus hijos, que asumen las mil y una tareas de la casa, que acompañan y revisan tareas, que rezan y luchan por mantener la unidad de sus hogares… También lo saben muy bien los papás, que se parten el lomo de sol a sol para llevar el sustento diario a sus hogares, que se esmeran porque a sus hijos no les falte nada, que buscan el espacio de acompañarlos y aconsejarlos…

Son testigos del amor aquellos hijos e hijas que valoran el esfuerzo de sus padres, que aprovechan las pocas o muchas oportunidades de salir adelante y que son comprometidos con su futuro… también somos testigos de ello cada uno de nosotros cuando reconocemos la dignidad en los otros, cuando caminamos a su lado, cuando los perdonamos y los ayudamos a levantarse, cuando vamos hasta las últimas consecuencias con ellos…

Es así como la ama de casa, el maestro, el médico, el abogado, el policía, el cura, el carpintero,  el pastor,  el zapatero y cada persona desde su opción profesional o vocacional es y puede ser testigo del amor de un Dios que nos amó primero y que se da a los otros en cada uno de nosotros…

En un mundo que se habla tanto del amor, en donde la televisión, el cine, el teatro y la música nos lo presentan de una manera tan práctica, tan fácil de vivir, hasta el punto de su banalización es necesario volver a mirar hacia lo verdaderamente importante, el otro, esa es la garantía de la calidad de nuestro amor… Porque el amor es la razón de nuestra esperanza humana y cristiana, de la cual nos habla hoy la carta de Pedro cuando dice  “estén siempre prontos para dar razón de su esperanza a quienes se lo pidan.”  Es decir, repartan amor por donde quiera que vayan,  “pero con mansedumbre y respeto y en buena conciencia”, no lo impongan a la fuerza como muchos hoy día quieren imponernos sus modos de pensar, sus proyectos, sus ideas… Esa será la garantía más sólida de que Dios nos ama, de que camina a nuestro lado, de que nos motiva a escribir derecho en los renglones torcidos de esta historia que ya está saturada de lo mismo.

Es entonces el momento de tomar consciencia del papel tan importante que cada uno cumple en el desarrollo de la historia y avanzar en la transformación de este mundo, pero con amor, con voluntad, con transparencia, con solidaridad, compartir y amistad, teniendo claro quiénes somos, de dónde venimos y para dónde vamos, sintiendo con los otros, luchando por los otros…

“…Señor, sueño con morir por ellos, ayúdame a vivir para ellos…”


 EQUIPO ORIENTACIÓN

domingo, 18 de mayo de 2014

CELEBRA LA VIDA REFLEXIONANDO

Tal vez muchos, ante diversas situaciones, nos cuestionamos: ¿Dónde está Dios? ¿Cómo actúa Dios? ¿Quién es Dios?

En el evangelio de Juan (capítulo 14) el Maestro de la Vida con sus obras y palabras responde estas inquietudes válidas y necesarias para madurar en la fe. Intentaremos comprender la figura de Dios desde las acciones concretas de Aquel Maestro inolvidable que con su vida cambió las nuestras.

Dios, para Jesús, es el Dios de la Vida, el Padre que ama sin medida ni reserva a todos sus hijos e hijas. Es tal su amor que promete una vida de felicidad junto a Él luego del paso por esta vida fugaz, quiere reunidos a todos los suyos. No es una promesa que pretende limitar nuestra felicidad aquí en el tiempo y el espacio, por el contrario exige que desde aquí se construya esa felicidad para todos y todas. Muchas veces se ha alimentado la esperanza de los pobres, de los que sufren con esa vida en la eternidad, alejándose por completo del querer del Dios del Maestro; un dios que nos quiere infelices y en la miseria no sería el Dios Padre.

Dios se revela en la historia, se va haciendo presente en personas concretas que se animan a construir “ese otro mundo posible”: en esos que perdonan, que aman, sirven y luchan por la justicia; en esos que tienen visión crítica de la realidad, que leen la historia y responden a ella desde el amor, en esos a los que el dolor de los otros los mueve a la entrega y a la denuncia… Es Dios mismo que en la persona de Jesús ha asumido lo que somos y desde lo que somos nos señaló el camino a la felicidad (salvación).

Por último, Dios es CAMINO que nos conduce a la felicidad, a la justicia, al bienestar común; es VERDAD porque al asumir nuestra condición nos mostró que es posible vivir como Él espera, que su plan de salvación no es irrealizable y es VIDA porque al ser el Padre anhela la vida en dignidad, en paz y en justicia para todos sus hijos e hijas.

“Eres el Dios de los brazos extendidos y de las manos abiertas. Brazos extendidos que reciben y acogen, brazos extendidos que dejan partir. Manos abiertas que no aprisionan, atan ni amarran; que no juzgan ni condenan, manos que liberan en lugar de oprimir. Eres el Dios del amor y de la sonrisa perpetua”…

EQUIPO ORIENTACIÓN...

domingo, 11 de mayo de 2014

CELEBRA LA VIDA REFLEXIONANDO

Aunque muchos se empecinen en decir que la figura del pastor y las ovejas, que presenta el Evangelio, ya no tiene vigencia porque los tiempos han cambiado, porque la gran mayoría habita en las ciudades y nunca han visto un rebaño, vale la pena resaltar que ningún ser humano es tan corto de entendimiento como para no saber distinguir entre sus semejantes quién cumple o no con los requisitos para ser un verdadero pastor, guía, líder, maestro, modelo o como lo queramos llamar… Y quién es una verdadera oveja, discípulo, seguidor, alumno o admirador…

Es más, nos atreveríamos a afirmar que hoy más que nunca tenemos claro eso de “pastor y rebaño.” De los primeros diremos que son indiscutiblemente el modelo a seguir. De los otros indicaremos que son los seguidores fieles y devotos de los sentimientos y pensamientos expresados en las palabras y acciones de los primeros.
Y es tan clara la idea que tenemos que no sólo distinguimos fácilmente estas dos facetas, la de pastor o la de rebaño, en cualquiera que nos tropecemos o veamos sino que vamos viviendo o anhelando vivir al mejor estilo de esos que hoy reconocemos como pastores, guías, líderes o maestros…

Constantemente nos quejamos de que nuestra sociedad, nuestras comunas, nuestros barrios son un foco terrible de inseguridad, que nuestros jóvenes malgastan sus vidas en vicios, riñas y descontrol, que a los niños ya no les gusta estudiar, que contrario al deseo de los padres son groseros, altaneros, irrespectuosos… En resumen, todos somos conscientes de las problemáticas tan graves que la sociedad enfrenta no sólo en la calle sino también de puertas para adentro, pero, ¿qué hemos hecho para contribuir a la transformación de nuestras realidades de muerte? Porque por si no lo sabíamos la solución a los grandes problemas de nuestra sociedad está en nuestras manos y no en las manos de otros, específicamente de aquellos, quienes aprovechándose de nuestra necesidad, pereza y falta de compromiso con la historia resultan convirtiéndose en los gobernantes de turno que regirán por un tiempo más nuestros destinos atropellados pero llenos de esperanza.

Tal vez no tenemos la sociedad que hemos querido pero sí la que hemos permitido, y, ¿cómo lo hemos hecho? Dejando que los demás hagan lo que nosotros tenemos qué hacer y siguiendo a los mismos de siempre; Porque la sociedad, la comuna, el barrio sólo son producto de las opciones que hacemos, de los modelos de vida que seguimos, y, ¿a quién o a quiénes seguimos? No pretendemos hacer aquí una lista de las palabras que señalan la ineficacia e incapacidad de nuestros gobernantes o líderes, esos que muchas veces seguimos; esos cuya corrupción encarnamos a diario cuando creemos que todo se compra y se vende; esos cuya hipocresía hacemos vigente en nuestras relaciones diarias cuando nos acercamos a los demás sólo por lo que nos puedan dar u ofrecer, esos a los que volvemos a mirar no por sus virtudes sino por su modo ostentoso de vida, sus salarios, sus carros y casas lujosas; esos a quienes convertimos en nuestro ejemplo en vez de ser nosotros mismos el ejemplo, dar el primer paso, marcar la diferencia, coger al toro por los cuernos…

Si el seguimiento de ideales y de modos de vida, es tan importante en la construcción de nuestra identidad, de nuestra persona, ¿por qué no identificarnos con aquellos que nos hacen creer en nosotros mismos, que nos fortalecen la autoestima, que nos hacen protagonistas de nuestra propia historia? ¿Por qué no aceptarnos tal y como somos, aceptar nuestra realidad y a partir de ella ser signo de transformación, de cambio?

“Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.”

EQUIPO ORIENTACIÓN 

domingo, 4 de mayo de 2014

CELEBRA LA VIDA REFLEXIONANDO

Por estos días de pascua nuestra fe, esperanza y alegría se fortalecen. Es que celebrar la vida del Maestro de la Vida enciende nuestros corazones, nos impulsa seguir haciendo luchas concretas en pro de realidades más humanas y justas.

La Resurrección del Maestro no se trata de triunfalismo o venganza, se trata más bien de la victoria de la vida y el amor. Es el amor del padre dado sin límites en Jesús el que re-crea la historia, el que nos da una nueva vida en Jesús, nueva vida en dos dimensiones: la certeza de no morir para siempre sino de retornar al corazón del padre y la vida temporal en la que el amor debe impulsarnos a vivir como el Maestro en servicio, donación, compromiso, perdón, oración…

Cuenta la Escritura que, pasados los días, los discípulos, en compañía de María y otros miembros de la comunidad, empezaron a experimentar la presencia viva del Maestro. Empezaron a  comprender que la violencia, el odio y la venganza no vencen, sino que el amor que el Maestro vivió era el que tenía que vencer.

Algunos de ellos quisieron regresar a sus vidas, esas que vivían antes de conocer a Jesús, por eso caminaban de regreso a eso que ya no tenía sentido. Tenían el corazón triste, no comprendían lo que acontecía en la persona de Jesús, no habían experimentado la victoria del amor sobre la muerte. Y no porque fueran cerrados o malos, sino porque estaban pensando con la lógica humana y al Resucitado más que conocerlo con ideas se le conoce y experimenta en la vida diaria: en la naturaleza, en la familia, en el abrazo, en aquel que comparte, en ese que escucha… No es un discurso romántico o mágico, es un llamado que nos hace el Resucitado a unirnos a su victoria… Victoria que da el amor, la reconciliación, el perdón, el servicio; victoria que duele, que cuestiona, que nos hará sufrir pero nos motiva la certeza del amor Resucitado en Jesús.

"Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída", fue la petición de los discípulos y tal vez la misma que debiéramos hacer hoy nosotros:

Quédate con nosotros Maestro,

Aun cuando seamos indiferentes e indolentes ante los dolores de los otros.

Aun cuando nuestra fe se quede limitada al espacio físico del templo.

Aun cuando las iglesias que dicen seguirte se alejan por completo de tus enseñanzas.
Aun cuando hagamos de Dios un dios lejano, juez y castigador.

Aun cuando nos sumemos a la competencia egoísta que devora y devasta nuestras vidas haciéndonos pasar por encima de los otros con tal de conseguir lo que queremos.

Aun cuando los problemas diarios de la vida nos roben la paz, nos hagan desconfiar de tu amor de Padre.

Si Maestro, quédate con nosotros y fortalécenos para seguir en la lucha, esa por la que tú diste la vida. Opción que esperas asumamos, los cristianos de hoy, dando luchas concretas en pro de “ese otro mundo posible” en el que ninguno de tus hijos e hijas experimenten el dolor que causa el odio, la guerra, la exclusión, la injustica, el analfabetismo.

EQUIPO ORIENTACIÓN. 

domingo, 27 de abril de 2014

CELEBRA LA VIDA REFLEXIONANDO...

¿Qué acaso, la solidaridad, el compartir, la amistad, la misericordia, el amor y todos esos valores del Evangelio son sólo el vago recuerdo de un momento maravilloso de la historia, que vale la pena recordar, pero no vivir?
¿A qué hora nos ganó el desaliento o la fidelidad perezosa nos hizo declinar en la vivencia de estos actos humanos que engrandecen y promocionan la vida de todas y todos?
¿No será que ante tanto desorden establecido, ante tanta corrupción, injusticia, mentira, muerte y desintegración social que nos circunda y de la que tanto nos quejamos la vivencia de los valores del Evangelio puede ser parte de la solución?

Si bien es cierto que Jesús nunca dio cátedra de ética y valores, nunca utilizó la expresión “valores humanos” o algo parecido, nunca escribió un libro acerca de la forma como debíamos vivir, sí nos dio, con su vida, mucha orientación sobre el cómo de nuestras relaciones humanas, que registran de manera magistral y ordenada los Evangelios que tenemos el agrado y el privilegio de leer, escuchar y reflexionar cada vez que queremos…

Si bien Jesús tal vez nunca quiso dejarnos un itinerario que a manera de manual de convivencia  guiara nuestro comportamiento, sí nos dejó mucha vida suya que al conocer nos inspira, nos motiva y nos impulsa a vivir no a nuestra manera sino a la suya.
Fue la vida de ese Jesús de Nazaret la que inspiró en antiguo a sus discípulos a llevar esta Buena Noticia de pueblo en pueblo y de generación en generación hasta hacerla llegar a nosotros, puede que no tan intacta, pero sí lo suficientemente nítida como para que aun muevan el esqueleto de no pocas personas que añoran transformar el mundo y prefieren para ello  la revolución del amor propuesta por el Nazareno a la fuerza de las armas que aplasta, y que genera violencia y destrucción a su paso.

Hoy, en este domingo segundo de pascua, lo contemplamos no sólo resucitado sino comprensivo y misericordioso para con la humanidad de Tomás, su discípulo y en él para con la humanidad de tantos que quieren ser fieles a su propuesta pero que no alcanzan a percibir y palpar las llagas se sus manos, de sus pies y su costado que siguen sangrando en tantos otros que sufren los rigores de la violencia, la injusticia, el hambre y la falta de solidaridad de sus hermanos que tienen cómo ayudarles.

Vale rescatar hoy la actitud tanto de Tomás como de Jesús. La del primero que no es incrédulo, sino que quiere ser fiel pero prefiere cerciorarse de que se trata del mismo Jesús que había caminado a su lado; que quiere vivirlo pero prefiere tener su propia experiencia del Resucitado; que quiere seguirlo pero prefiere ser concreto, ir a las señales del martirio, sus llagas, las cuales le señalan que es el que es y no es otro…
La del segundo, que ofrece la paz, y que envía a sus discípulos a ser emisarios de la misericordia, pero que sobretodo practica la misericordia con aquel que no ha estado allí y ha tenido una reacción diferente frente a su aparición… No se impone, comprende y orienta…

Dos personas, dos protagonistas de esta historia, dos formas que nos inspiran a seguir de manera concreta los pasos de aquel que sin querer ha dado a la humanidad la lección de vida más grande: “Ámense los unos a los otros como YO los he amado.”

Ojalá seamos capaces de concretizar nuestra creencia y vayamos directamente a las llagas de Jesús, aquellas que sangran en cada contemporáneo nuestro que sufre, que se desespera y que llora, y busquemos la manera de ser alivio y remedio para cada una de ellas.

EQUIPO ORIENTACIÓN

domingo, 20 de abril de 2014

CELEBRA LA VIDA REFLEXIONANDO

“No es aquel que mata quien vence. No es quien persigue el que gana. El odio no gana. La venganza no gana. La violencia no gana. El amor es el que vence. Y Cristo venció, Cristo resucitó. Cristo hizo su pascua”

Es la lógica ilógica de nuestro Dios. En una sociedad enmarcada en la competencia, en el egoísmo, el ego, el capitalismo resulta ilógico que Aquel sencillo hombre de Nazaret fuese el vencedor… ¿Dónde están sus armas, su ejército, sus argumentos, su lucha? ¿Qué ganó, por qué no usó la violencia para defenderse? Tal vez ilógico para la humanidad, pero lógico para Dios: tiene que vencer el amor es lo único que  puede vencer”. El amor del Padre evidenciado en Jesús que lo llevó a asumir su existencia de una manera de nueva y diferente, el amor que fue el motor de sus palabras y acciones. El amor que se tradujo en servicio, perdón, entrega, libertad, verdad, justicia, comprensión, opción por los pobres y excluidos, restitución de la dignidad.

Amor que impulsó a Jesús a vivir su existencia en coherencia, a oponerse al pecado que nos aparta de Dios y lastima nuestro ser  y el de los otros. Amor que llevó a Jesús a caminar con los suyos, a enseñarles, a acompañarles en momentos de alegría y dolor; amor que llevó a Jesús a morir en la cruz, no obligado, sino en libertad sabiendo que su entrega traería para la humanidad un nuevo camino, una nueva vida.

¡Jesús vive! La fe nos permite comprender que su sacrificio no fue en vano, que no murió para siempre sino que su vida en coherencia y el amor inagotable del Padre le dieron la nueva vida. Por fe comprendemos que Jesús vive y que alguna vez todos los hombres y mujeres de bien estarán junto a él en la casa del Padre.

Vive Jesús en la mente y corazón de los hombres y mujeres que a lo largo de la historia han dado y dan la vida por la construcción de “ese otro mundo posible” en el que la felicidad de los hombres es posible; en el corazón de las madres y padres que a diario se gastan amando a sus hijos; en esos que a pesar de recibir cientos de golpes siguen adelante, mantienen en firme su esperanza; en aquellos que no ponen su felicidad en el dinero o cosas; en esos que perdonan y se arriesgan a seguir amando; en esos que valoran y cuidan la tierra; en esos que respetan y cuidan la vida en cualquiera de sus manifestaciones; en los niños con su curiosa libertad e inocencia; en los jóvenes emprendedores; en las familias que buscan mantenerse unidas por el amor; en esos a los que el dolor de los otros los conmueve y los lleva a dar luchas en pro de la justicia…

La Resurrección de Jesús se opone a la guerra como camino a la paz, al capitalismo que devora y destruye la vida, a la violencia como medio para solucionar conflictos, a la exclusión, a la injusticia, a los derechos como negocio, a esos que amontonan riquezas mientras otros mueren de hambre, al odio… Es que la vida nueva que nos dio Jesús se construye desde acá, sería triste pensar que Dios quiere la infelicidad de sus hijos en la tierra.  

El amor del Padre renovado en nuestras mentes y corazones por estos días debe permear todas las dimensiones de nuestras vidas y comprometernos con la construcción de realidades más humanas y justas fundadas en el amor.

FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN…

Con cariño,

Equipo Orientación. 

viernes, 18 de abril de 2014

CELEBRA LA VIDA REFLEXIONANDO

Con las celebraciones del Viernes Santo no nos queda más que experimentar a un Dios capaz de darse hasta las últimas consecuencias por amor a sus hijas e hijos sin importar cual fuere su pasado, convicciones o formas de sentir.

Como seguidores de Jesús, conocedores de su vida, obra y palabra fácilmente experimentamos un Dios cercano, compasivo, misericordioso, amigo y capaz de compadecerse de cada una de nuestras debilidades, -en las mismas que también él fue probado.- Somos testigos así de un Dios que es más humano que divino y aun no lo hemos querido comprender.

Durante milenios hemos marcado nuestras relaciones humanas personales y sociales con el estigma del rencor, el odio y la venganza: “Ojo por ojo y diente por diente” han hecho parte de nuestro vocabulario por mucho tiempo, y en esta lógica, nos hemos venido quedando tuertos, ciegos, muecos y desgarrándonos mutuamente.

Pero, ¿qué podemos hacer nosotros frente a tanta injusticia, violencia, crueldad y muerte que vemos a diario? Pues bien, simplemente diremos que después de Jesús no hay excusas para no hacer algo.

Hasta entonces el lenguaje y el proceder del mundo estuvieron teñidos de brutalidad y salvajismo como aporte a la transformación social y como  respuesta ante la diversidad que también hace parte del mundo, como ese lugar en el cual todos tenemos la posibilidad de desarrollarnos y ser felices…  y es en Jesús donde encontramos la lección más antigua y más novedosa para combatir el mal. No es con la fuerza de la violencia y de la brutalidad capaces de acallar voces y conciencias como Jesús enfrenta aquello que destruye, es dándose a sí mismo hasta las últimas consecuencias como responde a las afrentas del espíritu del mal que arremete de mil formas contra la felicidad de los hijos e hijas de Dios. Desde entonces existe otro camino, otra posibilidad frente a lo que no nos convence, frente a lo que nos daña, frente a lo que nos hace infelices…

Hoy, como hace veinte siglos, aun somos víctimas y presos del egoísmo, del rencor, del miedo y de la falta de confianza en Dios que crean los espacios propicios para que germine la muerte en cada uno de los ambientes y entornos en que vivimos…

Hoy, como en el tiempo de Jesús, todavía reina en muchos corazones la ley del talión como la única forma capaz de construir mundo…

Hoy, como los contemporáneos de Jesús, tal vez sólo pensamos en matar, en destruir, en eliminar todo aquello que no nos gusta, que no va acorde a nuestro modo de pensar, sentir o creer.

Hoy, todavía hay mucho horror, mucha guerra e injusticia, mucho por lo cual podemos culpar a Dios… Sin embargo, otra manera se presenta y es la de Jesús, la de aquel cristo que no se impone con la bestialidad sino con la fuerza de su amor... Porque si de algo pudo habernos librado Cristo fue de creer que aquella mentalidad funesta y destructiva, fuera el único camino… Porque si algo nos enseñó Cristo es que el amor de Dios no está en impedir catástrofes naturales y guerras, sino en la Cruz, es decir en todos aquellos que han sido y son capaces de dar la vida por sus amigos.

EQUIPO ORIENTACIÓN


miércoles, 16 de abril de 2014

CELEBRA LA VIDA REFLEXIONANDO

“Los amó hasta el extremo”… Esta es la frase que da sentido a todos los acontecimientos que millones de cristianos de distintas religiosidades -y sin ellas- conmemoramos por estos días, y lo hacemos no como una cosa más; por el contrario lo hacemos con mucha alegría porque lo que Celebramos es nada menos que la vida de Aquel que se animó a vivir bajo la “locura del amor”, que creyó en Dios como Padre, que confió en la humanidad, que no fue juez, que comprendió, que perdonó, que sirvió a los pobres y excluidos, que no guardó nada de sí para los otros, que no creyó en la violencia, que no le apostó al poder egoísta, que dignificó y amó a los suyos, que asumió el servicio como camino al Padre…

Es así que encontramos hoy al Maestro dando sus últimos pasos: está con los suyos y quiere darles las últimas instrucciones.

Se sienta con ellos a la mesa, en la mesa no hay cabida para jerarquías, nadie es más que nadie. En la mesa, los mira a los ojos y parte con ellos el pan de la vida que es Él mismo. Es tan fuerte su amor que no quiere dejar a los suyos solos, decide hacerse pan de vida y desde ese momento los suyos nos reuniremos para recordarlo, para llenarnos de vida y fortaleza para seguir en la lucha.

Se sienta en la mesa como el que sirve, como la madre que prepara los alimentos y los da con todo el amor que puede habitar en su ser. Nunca pudieron olvidar sus discípulos este mágico momento, nunca olvidaron el amor con que partió el pan, la alegría con que brindó y la mano humilde y lastimada con que les entregó la pieza de pan a cada uno.

Inesperadamente se levanta, se postra y les lava los pies… Confusión, dudas y  preguntas en el interior de los doce, pues es el Maestro el que se postra a lavarles los pies. Cada palabra, gesto y cada gota de agua en los pies de estos marcó por siempre su consciencia y los llevó a entregarse sin reservas por la construcción de “ese otro mundo posible” del que les habló el Maestro. Y entonces desparece el egoísmo que alguna vez los hizo soñar con poder, riqueza y soluciones violentas, sus vidas se transforman a la luz del amor…
Luego les recuerda que los ama, sí, este hombre sencillo les está diciendo que los ama sin reservas ni miedos, que confía en ellos, que nunca los dejará solos, que el amor es ese lazo indeleble que los mantendrá juntos así no lo vean…  Y como los ha amado espera que ellos se amen unos a otros y vivan a la luz de este amor que es la “fuerza que transformará el mundo”.

Por último, cuentan los evangelios que fue a caminar con ellos. Tal vez necesitaba aire, sabía que no iba a ser fácil el siguiente paso, caminó con los suyos… De camino tal vez rieron, recordaron momentos juntos, les seguía enseñando, abrazos, palabras de fortaleza, lágrimas... Llegados a un huerto, se aparta y se postra ante su Padre para poner en sus manos la vida que se le escapaba de las manos, el miedo empezaba a socavar su corazón, pero no dudó en dar el siguiente paso, se fortalece en la oración con el Padre y confía plenamente en Él, así como el niño corre a los brazos de su madre, Jesús corre a los brazos de Aquel que  es padre y madre… El amor del Maestro es admirable, no llena de miedo a los suyos, asume su dolor solo, por eso ora en silencio y soledad… Solo les pide algo de compañía y oración, pero ellos no comprenden aun todos los sucesos de aquella tarde…

Amig@s, cuando nos acercamos así de cerca  a la vida del Nazareno no nos queda más que amarlo y seguirlo… Que la celebración de hoy nos fortalezca, nos haga experimentar el amor del Padre y nos comprometa en la construcción de ese “otro mundo posible” que llevó a Jesús hasta la muerte de cruz.

EQUIPO ORIENTACIÓN

sábado, 12 de abril de 2014

CELEBRA LA VIDA REFLEXIONANDO

Los cristianos estamos una vez más frente a la posibilidad de celebrar la Semana Santa, tiempo en el cual conmemoramos la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Ante esta conmemoración como ante cualquier otro acto religioso del que seamos partícipes surgen dos situaciones… Es así que podremos asumir esta conmemoración con la hipocresía milenaria que nos identifica o con actitud comprometida frente al entorno en que vivimos y vamos escribiendo historia.

Si decidimos vivirla con la hipocresía que nos ha identificado desde no hace poco tiempo, tal vez asistiremos a las ceremonias religiosas con mucha atención y aparente tristeza mientras detallamos la pompa con que se realizan, los adornos y ornamentos que la engalanan y hacen de ella el espectáculo sugestivo, capaz de despertar en nosotros el sentimentalismo frente al recuerdo de un inocente torturado, agónico y aplastado más por nuestros pecados que por la maquinaria político-religiosa de su tiempo, nos estremeceremos frente al recuerdo de las humillaciones y tratos injustos de los que fue víctima el Maestro, alimentaremos una vez más nuestro odio hacia los que le hicieron pasar por estas situaciones a “Nuestro Señor”, y celebraremos gozosos que Aquel hombre no murió para siempre y que Dios le tapó la boca a sus detractores con la resurrección.

Por el contrario, si decidimos asumir los acontecimientos centrales de la Semana Santa con actitud comprometida frente al entorno en que vivimos, tal vez asistiremos a las mismas ceremonias religiosas que los otros, pero estaremos pendientes no simplemente de recordar sino de buscar entre los nuestros y en medio de nuestras realidades a aquellos que, como el Maestro, siguen siendo las “sufrientes” víctimas del pecado moral y social que habita en nosotros y que se materializa en la mentira, la persecución, la corrupción, el egoísmo, la desigualdad, el hambre, el analfabetismo, la violencia, la injusticia, y demás abominaciones que atentan contra la persona, su dignidad y sus derechos y contra el bien común.
Y no sólo buscaremos entre los nuestros a esos sufrientes para identificarlos y ya, sino que buscaremos y propiciaremos la oportunidad de materializar nuestra solidaridad para con ellos, aquellos cuya historia no ha sido tan bondadosa y feliz,  nos haremos sus amigos, sus compañeros de camino, cercanos como lo hubiese querido y hecho nuestro Maestro y buscaremos por doquier las oportunidades para promocionarlos, para hacer de sus vidas y la de los suyos existencias dignas de vivirse.

Tal vez ninguna de estas dos sea la opción que tomen nuestros lectores frente a la conmemoración que como iglesias realizamos en Semana Santa; es más puede que algunos de nuestros lectores  ya no se encuentren en las iglesias, y puede que tanto los unos como los otros tengan formas muy diversas de vivir este tiempo. Simplemente pasar por aquí a invitarlos a hacer el bien donde quiera que vayan, a no pasar por la vida de las personas sin dejar algo bueno en cada una de ellas, y a permitir que el buen Dios se muestre clemente, compasivo, misericordioso, cercano y solidario en cada una de nuestras acciones.

Buena semana…


 EQUIPO ORIENTACIÓN 
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