♪♪♫♪♫♫♪ “El amor es más grande
que yo,
y que todas las cosas del mundo;
más que el cielo, el sol y la tierra. Es
oír una expresión bonita de paz y cariño, es
hablar de lo lindo en la vida con un gran amigo y besar en la frente fruncida al ser
más querido. Es
caminar, sin importar la lluvia o
el sol al lado de alguien, es
razonar al pretender abarcar la
persona que al fin es más libre que el aire…” ♫♪♫♪♪♫♪
Como esta letra son muchas otras las que autores anónimos y
reconocidos a través de sus poemas, canciones, coplas, cuentos y retahílas han
dedicado a hablar de esta experiencia tan grande y significativa para el ser
humano, el amor…
Es que el amor es el motor de la humanidad, de eso saben muy
bien las mamás que madrugan y trasnochan por sus hijos, que asumen las mil y
una tareas de la casa, que acompañan y revisan tareas, que rezan y luchan por
mantener la unidad de sus hogares… También lo saben muy bien los papás, que se
parten el lomo de sol a sol para llevar el sustento diario a sus hogares, que
se esmeran porque a sus hijos no les falte nada, que buscan el espacio de
acompañarlos y aconsejarlos…
Son testigos del amor aquellos hijos e hijas que valoran el
esfuerzo de sus padres, que aprovechan las pocas o muchas oportunidades de
salir adelante y que son comprometidos con su futuro… también somos testigos de
ello cada uno de nosotros cuando reconocemos la dignidad en los otros, cuando
caminamos a su lado, cuando los perdonamos y los ayudamos a levantarse, cuando
vamos hasta las últimas consecuencias con ellos…
Es así como la ama de casa, el maestro, el médico, el abogado,
el policía, el cura, el carpintero, el
pastor, el zapatero y cada persona desde
su opción profesional o vocacional es y puede ser testigo del amor de un Dios
que nos amó primero y que se da a los otros en cada uno de nosotros…
En un mundo que se habla tanto del amor, en donde la
televisión, el cine, el teatro y la música nos lo presentan de una manera tan práctica,
tan fácil de vivir, hasta el punto de su banalización es necesario volver a
mirar hacia lo verdaderamente importante, el otro, esa es la garantía de la
calidad de nuestro amor… Porque el amor es la razón de nuestra esperanza humana
y cristiana, de la cual nos habla hoy la carta de Pedro cuando dice “estén
siempre prontos para dar razón de su esperanza a quienes se lo pidan.” Es decir, repartan amor por donde quiera que
vayan, “pero con mansedumbre y respeto y en buena conciencia”, no lo
impongan a la fuerza como muchos hoy día quieren imponernos sus modos de
pensar, sus proyectos, sus ideas… Esa será la garantía más sólida de que Dios nos
ama, de que camina a nuestro lado, de que nos motiva a escribir derecho en los
renglones torcidos de esta historia que ya está saturada de lo mismo.
Es entonces el momento de tomar consciencia del papel tan
importante que cada uno cumple en el desarrollo de la historia y avanzar en la
transformación de este mundo, pero con amor, con voluntad, con transparencia,
con solidaridad, compartir y amistad, teniendo claro quiénes somos, de dónde
venimos y para dónde vamos, sintiendo con los otros, luchando por los otros…
“…Señor, sueño con morir
por ellos, ayúdame a vivir para ellos…”
EQUIPO ORIENTACIÓN
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