domingo, 27 de septiembre de 2015

Celebra la vida

Escuchar que los niños sueñan con ser, el día de mañana, esto o lo otro, Ver jóvenes entregados a sus estudios para lograr lo que sueñan o empeñados en trabajar para adquirir mejores condiciones, Ver Padres Abnegados trabajando para hacer de su familia un mejor espacio, Ver a los pobres organizarse y trabajar para no tener que sufrir en un futuro las mismas carencias; Ver a tanta gente inconforme con este mundo y luchando porque sea más justo, más humano, me anima a pensar que tod@s soñamos con un mundo mejor, con algo mejor que esto que hoy tenemos…

Pensar en un mundo mejor, es decir, hacer de nuestro planeta un lugar más justo, más digno, más humano, más agradable para tod@s no está mal. Es más, es un deber de tod@s los que ocupamos este hermoso planeta.

En la lucha por alcanzar este sueño de tod@s se hace de todo, Unos utilizan este método, otros idean otras maneras, unos lo quieren hacer meramente desde el plano de lo religioso, así como otros desde lo meramente político, sin embargo, como señala Pablo en la Primera Carta a los Corintios: “Todo está permitido, dicen; pero no todo conviene. Todo está permitido. Pero no todo edifica.”

Dios se soñó este mundo como un lugar en donde fuéramos capaces de coexistir entre hermanos y con las demás especies, es decir, un lugar donde fuésemos felices nosotros y los otros, en el cual tuviéramos la posibilidad de cuidar y recrear, y para ello puso una meta, El amor. El camino podrá ser accidentado, pero la meta seguirá siendo la misma. Sólo esta meta traerá felicidad a tod@s. El amor que se da, que dignifica, que respeta, que perdona, que dialoga, que promociona, que levanta, que anima, en fin, que da sentido a la vida propia y ajena.

Hoy, en muchos lugares del mundo, son unánimes el clamor por la justicia y la paz, anhelos humanos con los que muchos juegan, trafican y se enriquecen. Unos quieren conseguirlos a costa de dolor, sangre y más muerte, otros los buscan por el camino del diálogo y la concertación. Muchas veces nos despreciamos mutuamente al tiempo que desprestigiamos los métodos que encarnamos en ese ejercicio de la transformación del mundo, es así que nos insultamos, nos maltratamos y nos seguimos matando.

Desde la mirada de Jesús se nos propone el camino de las Bienaventuranzas:

“Felices los pobres de espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los desposeídos, porque heredarán la tierra.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los misericordiosos, porque serán tratados con misericordia.
Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque se llamarán hijos de Dios.
Felices los perseguidos por causa del bien, porque el reino de los cielos les pertenece.
Felices ustedes cuando los injurien y los persigan y los calumnien [falsamente] de todo por mi causa”. 

Felicidad, ese es el deseo de Dios para tod@s, y quien la predique con su vida o su palabra tendrá la autoridad que le otorgan Dios y su coherencia para lograr contagiar cada día más de la alegría de vivir con la certeza de que Dios siempre nos acompaña en la construcción de “otro mundo posible.” Que tod@s merecemos…

EQUIPO ORIENTACIÓN


domingo, 20 de septiembre de 2015

Celebra la vida.

“La educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor” (Freire)
Dice Marcos (9) que Jesús CAMINABA con los doce (“se marcharon”), que buscaba un lugar APTO y TRANQUILO  (no quería que nadie se enterara) y que les estaba ENSEÑANDO (“porque iba instruyendo a sus discípulos”).

Es una imagen profunda, liberadora y cuestionadora. Encontramos a Jesús comprometido con la historia, pretende la liberación y una nueva realización histórica alejada de esa que en aquel tiempo se había construido.

Es que ENSEÑAR es en sí mismo un acto revolucionario, liberador y transformador. Y Jesús, el Maestro, enseñaba a los suyos, es decir que los estaba dignificando, les estaba dando un espacio de crecimiento emocional, espiritual y racional. Jesús estaba convencido que educar es el camino para la construcción de “otro mundo posible”, sabía que fortaleciendo valores, educando en el amor y la fe, desarrollando capacidades de crítica y reflexión el Reino de Dios podría empezar a forjarse.
En la realización histórica actual se lastima la dignidad de la Vida. Hemos construido el sentido de la existencia en torno a un paradigma equívoco: Producir + Consumir + Tener= Felicidad. Este paradigma, capitalista y neoliberal, ha devorado los recursos naturales de todos para enriquecer a unos pocos, hace que vivamos afanados por tener, confundiendo la felicidad con  las cosas, hace que millones de pobres en el mundo pasen hambre y tristeza por no poder tener, hace que las condiciones laborales sean cada día más pésimas -porque lo importante es producir a bajo costo que genera más ganancias-, hace que cientos de personas en el mundo sientan la vaciedad y el sinsentido de la vida…

Construir una nueva realización histórica se constituye hoy en un grito desesperado del planeta que no aguanta más saqueos innecesarios, en un grito de la Vida que clama por ser valorada y re-dignificada. Un camino posible está en la EDUCACIÓN, enseñar a las nuevas generaciones a encontrar la felicidad en las cosas sublimes de la existencia: reír, caminar, compartir con los que se ama, compartir el pan en la mesa, sentir el calor del sol, admirar la hermosura de la luna, hacer deporte, leer un buen libro, disfrutar de un buen café… En fin, enseñar el valor supremo de la vida en cualquier estado y manifestación; enseñar que sólo amando, sirviendo y perdonando se construyen mejores familias, comunidades y sociedades; enseñar que la felicidad se construye con otros y no sobre otros.

Les decía Jesús a los doce que discutían por el poder, por el tener, movidos por su egoísmo: “QUIEN QUIERA SER EL PRIMERO, QUE SEA EL SERVIDOR DE TODOS”… Era la conclusión de su enseñanza de aquel día, les estaba dando un nuevo sentido y horizonte a sus vidas. Horizonte que los llevó a caminar con los pobres, a caminar predicando la Buena Nueva de un Dios que nos ama y nos quiere vivos y felices, a construir nuevas comunidades donde imperaba la fe, la justicia y el amor.

EQUIPO ORIENTACIÓN 

domingo, 13 de septiembre de 2015

Celebra la vida.

Tod@s tenemos anhelos, soñamos algo, con algo. Algunos tienen sueños y aspiraciones intangibles, otros demasiado tangibles, es decir, mientras unos sueñan con vida y Salud para poder ganar el pan con el sudor de su frente, otros –la mayoría- Sueñan con casa, carro, beca y mucho dinero, sin tener que hacer mayor esfuerzo y en el menor tiempo posible.

Desde el punto de vista Cristiano pasa lo mismo: muchos soñamos con una resurrección sin Calvario, una meta sin esfuerzo alguno, exaltaciones y distinciones sin el mínimo  mérito. ¿Qué nos pasa? Hablamos de Jesús, soñamos con Jesús, creemos en Jesús, decimos conocer a Jesús, pero, no queremos saber nada de la Cruz. Y la vida, obra y palabra de Jesús no tiene sentido sin el Calvario, sin la Cruz.

A tod@s nos gustaría que todo cuanto emprendiésemos nos saliera exitoso, rápido y sin esfuerzo. No en vano tantos elevan sus plegarias día a día, solicitando favores Divinos. Lastimosamente, muchas veces aquello que tanto queremos, anhelamos y soñamos no se nos da por más que dirijamos insistentemente a Dios nuestras plegarias, lo que nos causa, en el mejor de los casos, frustración, tristeza, desánimo y algunos interrogantes, por ejemplo, ¿Acaso Dios no me escucha? Y si no me escucha, ¿Qué he hecho para que no escuche lo que le pido? Y si he hecho algo, ¿Qué debo hacer para enmendarme?

En la mayoría de los casos no pasamos de la segunda pregunta ya que la tercera nos lleva a confrontarnos de manera directa con aquello que somos y, tristemente, a nosotros no nos gusta enmendarnos de nada ni por nada, no nos gusta pedir disculpas a nadie, no aceptamos que nos hemos equivocado, mucho menos aceptamos que nos toque como de Camino al Calvario hacia donde nos dirijamos. He aquí la otra parte del Calvario.

De golpe creemos en Cristo y en un Cristianismo que permea cada una de las dimensiones de la humanidad de aquello que se dicen Cristianos, por eso vivimos al pendiente de si este o aquel se comporta de acuerdo con lo que creemos es la Ley de Cristo, pero a penas ese Cristianismo me exige a mí, de forma personal, toca mi modo de vivir, entonces me siento atacado, confundido, desesperanzado, siento que me están exigiendo demasiado y me dan ganas de tirar la toalla de un Cristianismo que me “agrede”, que me “ataca”, que no me deja vivir a mi manera.

Si bien el Cristianismo es una manera de vivir, un estilo de Vida, su mismo nombre es claro en informarnos que se trata del Estilo de Vida de Cristo y no del estilo de Norberto, de Juan, de Leidy, de Tania, de Fulano o de Mengano. Y si quiero seguir a Cristo es porque intento conocer y Comprender su modo de vivir para poder asumir su propuesta en mi vida, y si digo conocer a Cristo y su estilo de Vida sé, de primera mano, que aquí no hay espacio para comodidades vacuas y egoístas, para la exclusión  de personas, para la pereza, para la fidelidad a medias ni para nada que tenga que signifique muerte.

Es necesario que como Creyentes estemos en constante crítica y confrontación de aquello que creemos y cómo lo vivimos, así como necesaria es la búsqueda de sentido de todo cuanto hacemos para no perder de vista el horizonte y para levantarnos cada vez que caigamos por este camino al Calvario que cada uno vive cargando sus propias cruces.

“Unos Confían unos en los carros, otros en la caballería; nosotros confiamos en el Señor nuestro Dios; ellos se encorvaron y cayeron; nosotros nos erguimos y nos mantenemos de pie.”  (Salmo 20, 8-9)

EQUIPO ORIENTACIÓN 


domingo, 6 de septiembre de 2015

Celebra la vida!

"Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos"…

Son las palabras con las que Marcos (7) describe las acciones de Jesús.  Describe a un hombre sencillo, que camina con el pueblo, que está por ahí, escuchando y guiando a los demás. Un hombre que con sus acciones y palabras produce bondad, es decir que es luz, que es bueno, que ayuda, que orienta a otros hacia la felicidad común.

Encontrase a Jesús en el camino es una experiencia personal que no se enmarca en un rito, en una norma o en un lugar específico.  Cada encuentro con el Maestro es válido y respetable, sin importar la religión, el cómo o el cuándo ese encuentro genera cambios profundos en la vida de esa persona y comunidad. La única medida para valorar el encuentro es el amor al estilo del Maestro, sólo desde ahí se mide si está o no el Nazareno presente en este o aquel.

Encontrarse con el Maestro cambia la vida, aviva los sentidos, re-orienta la existencia. Esto es lo que han experimentado hombres y mujeres a lo largo de la historia al encontrarse con Jesús, se les abrieron los ojos, empezaron a ver la vida con los ojos de quien ama intensamente y como aman, fácilmente se duelen con el dolor de los otros, ven la obra de Dios y nunca desfallecen ante la oscuridad que pareciera ganar; también la voz surge para anunciar el amor infinito del Padre y para denunciar todo aquello que atenta contra la vida de la creación.

En la experiencia personal y comunitaria Jesús se va haciendo presente, va
resucitando y haciendo su obra entre los hombres. Estas personas hacen transformaciones históricas buscando hacer real el plan de Dios opacado por el egoísmo de sus hijos e hijas.


Animarse a buscar el encuentro con Dios sin importar religiones o credos, sino la intención de encontrarle un nuevo horizonte a la existencia, ya sea en libros, ritos, en los otros, en la naturaleza, en el silencio, donde cada ser humano quiera, pero con la certeza de que encontrándolo empezarán procesos de libertad y compromiso que impactarán positivamente nuestra sociedad. 

EQUIPO ORIENTACIÓN

domingo, 23 de agosto de 2015

Celebra la vida!



Por estos días la radio, la televisión, las calles y hasta muchas de nuestras casas están atiborradas de propaganda política…

Por estos días prolifera cual plaga, la verborrea demagógica de los discursos políticos cargada de sentimentalismo, patriotismo y promesas de grandes cambios económicos y sociales…

Por estos días abundan las expresiones de cercanía de la clase política para con el pueblo, se realizan grandes comilonas precedidas de emotivos discursos que llaman a la vivencia de valores como la unidad, la solidaridad con los más urgidos de esta sociedad, el apoyo y el trabajo en equipo…

Por estos días, muchos sucumben seducidos por la esperanza de algo mejor para su futuro; Esperanza que llega hasta la entrega de unas tejas, unos bultos de cemento, unos ladrillos, un plástico para cubrir una zona de escarpa, un tamal, un plato de mute, un trago, un número de payasos, en fin, son muchos los que al terminar esta contienda electoral quedan a la espera del cumplimiento de promesas hechas en campaña por aquellos a quienes eligieron como sus dirigentes políticos.

Esperar, esa es la dinámica del ser humano, esa es la frase de muchos a quienes por las circunstancias de la vida no les ha quedado más remedio que resignarse y esperar el turno que les conceda la historia.

¿Esperar? ¿Esperar qué? …¿que la historia nos dé un turno? -Y, ¿si no nos lo da?- ¿Esperar a que la clase dirigente nos solucione el problema de la casa, de los servicios públicos, del empleo, de la educación, de la salud? –Y, ¿si a la clase dirigente no le interesa ayudarnos o no le da la gana?- ¿Esperar a que las promesas de campaña se hagan realidad? –Y, ¿si nunca se hacen realidad?- Entonces, ¿qué hacer?

El presente, no pretende ser un discurso de mero tinte pesimista hacia la política porque esta es importante. Pero sí pretende dejar claro que si bien Todo es político, lo político no lo es todo. 

Existe infinidad de propuestas desde donde podemos abordar muy bien el tema del cambio, de la transformación de nuestro entorno. Una de ellas es Cristianismo, es decir, la vivencia de la existencia propia no al estilo de cualquier corriente ideológica sino al estilo del Maestro de la vida, Jesús de Nazareth, cuyas palabras son Espíritu y Vida. Espíritu porque calan en lo profundo del corazón de aquel que las oye con disposición y honestidad, y Vida porque se hacen concretas, reales y contundentes en la historia personal, familiar y comunitaria de aquel que las ha oído.

Las palabras demagógicas salidas de las mentes y las bocas deshonestas, aprovechadas, tramposas y bellacas de nuestra sociedad siempre serán eso, “palabras”, y no pasarán de serlo. En cambio las palabras de Dios hechas vida por Jesús no sólo darán sentido a nuestras vidas, sino que tendremos la posibilidad de hacerlas vida nosotros también, haciéndonos a su vez dadores de sentido de la vida a otros. Así haremos de esta dinámica una cadena de vida sostenible e inacabable, capaz de resistir a las estructuras de la muerte y capaces de amor, justicia, paz, solidaridad y transformación verdadera.

El verdadero cambio inicia cuando tomamos consciencia de nuestro valor y nos damos a la tarea de auto-transformarnos para salir al mundo a brindar lo mejor de nosotros mismos sin deseo de prebendas o reconocimiento alguno. La tarea es de Tod@s.

No es tiempo de esperar, es tiempo de Actuar.

EQUIPO ORIENTACIÓN 

sábado, 15 de agosto de 2015

Celebra la vida reflexionando



“El que coma de este pan vivirá para siempre”, les decía el Maestro a los suyos y estos no lograban comprenderlo. Se cuestionaban, se admiraban de aquellas palabras de uno que caminaba con ellos, que les enseñaba, que los acogió sin juzgarlos y condenarlos, que prefería estar con los pobres y pecadores. 

El Maestro estaba declarando a ellos su amor sin límite e incondicional por la humanidad. Les estaba diciendo que siempre contarían con él, que se la jugaba por la humanidad, que daría todo de sí por la construcción del Reino de Dios aquí y ahora, que ni su vida se guardaría para sí mismo. 

Antes de avanzar, preguntémonos: ¿Qué es eso de amor, amar? Y empezaremos por decir que no es nada de eso que nos vende el mercado, alguna música y algunas corrientes egocéntricas y egoístas. El amor en Jesús de sentimentalismos y egoísmo no tiene nada; el amor del Maestro es una opción de vida y una decisión por darse por completo al “otro” y a los “otros”. Amar entonces es igual a servicio, perdón, respeto, inclusión, acogida, esperanza, entrega, fe, justicia, bien común, cuidado de la vida… 

De este amor fueron testigos los doce y las mujeres que caminaban con ellos. Este amor sanó sus vidas y los dispuso a darse por completo en esta causa, por eso sin duda incendiaron el mundo con la Buena Nueva de Aquel Nazareno. 

Pero pasó el tiempo y a nosotros llegó tergiversado, nos enseñaron una antilógica del amor: Se nos dijo que primero debíamos amar a Dios. El amor empieza por la capacidad de amarse a sí mismo, de sentirse amado por el creador de la Vida, sólo sintiéndonos amados seremos capaces de amar a otros, a la vida, a la naturaleza y amando todo lo anterior sí estaremos amando al Dios de la Vida. 

El Maestro vuelve a decirnos que es el Pan de Vida, que habitará para siempre en nosotros, que nunca nos ha dejado solos en los afanes propios de esta existencia a ratos tan dura y cansona…  Esta es la certeza que no nos deja abandonar la lucha: que Dios mismo camina con nosotros, que comparte nuestras alegrías y tristezas. 

“El amor es la fuerza que transformará el mundo”…

EQUIPO ORIENTACIÒN 

domingo, 9 de agosto de 2015

Celebra la vida reflexionando

El amor infinito que nos tiene Dios y que nos ha demostrado en la persona de Jesucristo, no es propiedad de ninguna Iglesia o grupo religioso. Es propiedad de la humanidad entera ávida de grandes transformaciones que sólo serán realidad cuando nos dejemos tocar por ese amor grande de Dios hacia nosotr@s y empecemos a humanizar desde nuestros sentimientos hasta nuestros actos.

Antes de continuar preguntémonos, ¿qué alimenta nuestra vida? Y en ese sentido, saldrán muchos interrogantes más. Sólo por citar algunos: ¿Qué alimenta nuestra mente? ¿Qué alimenta nuestro corazón? ¿Qué alimenta nuestra fe? ¿Qué alimenta nuestra esperanza? ¿Qué alimenta nuestro proyecto de vida?

De alimento material nutrimos nuestro cuerpo, ese instrumento a través del cual podemos hacernos visibles en un mundo que nos masifica y reduce, pero, ¿de qué nutrimos nuestra existencia? – Es decir, nuestra manera de ser y hacer en el mundo.- ¿Qué es lo que verdaderamente nos mueve  a ser lo que somos y a actuar como actuamos? ¿Será acaso, el egoísmo? ¿La soberbia? ¿La autosuficiencia? ¿El rencor? ¿El miedo? ¿La ambición? ¿Será acaso, la alegría? ¿La solidaridad? ¿La humildad? ¿La misericordia? ¿La valentía? ¿El amor? No sé. Cada cual tendrá que realizar su examen de conciencia, enfrentarse a sus propios demonios y buscar la manera, si quiere, de hacer de su vida la oportunidad única de ser feliz.

Tal vez por pena, por desconocimiento o por rechazo, muy pocos dirán, que su vida se alimenta de Jesucristo, y sus razones tendrán para hacerlo, sin embargo, y sin el ánimo de generar controversias o rencillas anotaré que conozco seres humanos a quienes no les queda grande el título de creyentes, por cuanto se desviven en amor y todos sus frutos por sus semejantes. Esos, que a diario, y a pesar de lo turbio de las circunstancias sienten con los otros, se preocupan por los otros, luchan por su dignidad al lado de los otros y dan hasta la vida por los otros.

A través del relato Bíblico de hoy, el Dios de la vida  nos hace la invitación a dejarnos permear por su amor y a dar en comunidad los frutos que este produce, tal y como lo hizo Jesús, porque para ser su discípulo y hacer el bien no se necesita pertenecer a un grupo humano específico, ni a una religión o partido político en particular a cuyo nombre se anoten los créditos de la buenas obras, sino dejarse tocar, de verdad, por su amor infinito ese que se da para todos, que es patrimonio de todos, que da sentido a la vida de todos, y que por eso nos compete vivirlo a todos, empezando por la persona de cada uno y hasta expandirse a todos…

“Dime de qué alimentas tu existencia y te diré quién eres…”

 EQUIPO ORIENTACIÓN 




domingo, 2 de agosto de 2015

Celebra la vida reflexionando.

“No crean en los que mienten, roban y matan, ni en los que prometen felicidad y se alejan de los que sufren, en cambio los que son solidarios en el sufrimiento, merecen serlo en la prosperidad”

Palabras de Monseñor Isaías un colombiano que con el paso de los días, al igual que los Grandes de la historia, fue descubriendo que a Dios se le ama en los pequeños, en los débiles, en aquellos que necesitan una voz de apoyo, un consejo…  Levantó su voz de protesta contra la violencia, contra el narcotráfico y la injusticia… Murió asesinado por esos a los que la conciencia les duele ante una vida y unas palabras que sin miedo denuncian todo aquello que atenta contra la vida.

Pensé en estas palabras luego de leer el Evangelio que propone una de las iglesias para este domingo.  Cuenta el evangelista Juan que la gente buscaba a Jesús, que querían estar junto a él.

Esas personas empezaron a sentir la esperanza que produce un Hombre libre, coherente y cargado de amor. En Jesús descubrieron a un Dios humano y humilde que comprende su dolor, que les enseña con paciencia, que no los juzga, que aquí y ahora los quiere con derechos básicos respetados, que les da de comer, que los anima a soñar y construir “otro mundo posible” y que los invita a  creer y darse a la causa del Reino.  En Jesús el pueblo descubrió una nueva fe viva que se compromete con la Historia, que transforma realidades, que construye el más allá desde el más acá. 

Algunos judíos vieron que Jesús era diferente a todo lo que los rodeaba. No era como los sacerdotes incoherentes, ni como los poderosos egoístas, ni como  los que creyendo en ideologías políticas o religiosas accedían a la violencia buscando la libertad.

En Jesús encontraron el amor sin límite del Dios Padre que junto a ellos lucharía por la vida, la paz, el perdón, la justicia y la reconciliación.


Jesús era consciente del hambre, la pobreza y el miedo de quienes lo seguían; por eso, con profundo cariño,  les pide no quedarse sólo en el alimento material y los invita a hacer un acto de confianza en Dios. Les ofrece la certeza de que Dios, sea cual fuere la situación, siempre estaría ahí con ellos y para ellos… 

EQUIPO ORIENTACIÓN

domingo, 26 de julio de 2015

Celebra la vida

Diariamente nos encontramos en los periódicos y demás medios de comunicación con  titulares de realidades crueles, infames y desastrosas, tanto así, que desatan en no pocos una reacción de indignación y desagrado que se refleja en expresiones concretas que exigen justicia, igualdad, respeto, tolerancia, comprensión y demás voces que no pasan de ser más que eso, voces, expresiones, gestos… Y es precisamente ahí donde nuestras opciones y sentimientos quedan cortos, sesgados, suspendidos en el más profundo letargo de nuestra coherencia.

A tod@s nos duele ver niñas y niños en la calle, explotados, maltratados, con la niñez mutilada; nos duele ver seres humanos sumidos en vicios, echados a la calle como si fuesen seres humanos de segunda, seres “desechables”; nos duele la muerte de este o del otro, nos duele saber que haya gente que sufre hambre, frío, sed, que pasa necesidad; nos duele saber que las lluvias acabaron con las viviendas de cientos de personas, nos duelen muchas cosas, nos duele que a los otros les duela, porque sí, porque son seres humanos, porque nadie los escucha, porque nadie los ayuda, porque no tienen a nadie, porque “pobrecitos”, y ya. Entonces, hasta ahí llega toda nuestra indignación, toda nuestro sentir, “Pobrecitos.”

Y los “pobrecitos”, siguen sumidos en su pobreza, en su humillación, en su analfabetismo, en su hambre, en su sed, en su frío, en sus problemas, en sus vicios, en su muerte, y la vida sigue igual para ellos y para nosotros, atiborrados de tanta indignación.

En verdad que estamos lejos de ser coherentes, en verdad que estamos lejos de ayudarle a Dios a recrear el mundo, es decir, a hacerlo un mejor vividero para tod@s, para los que estamos y para los que vendrán.

Pero y entonces, ¿qué hacemos? ¿Nos quedamos con nuestra incoherencia? ¿Nos quedamos con la quejadera de quien escribe hoy estas líneas? No, no podemos quedarnos “Stan By”. No podemos quedarnos inertes ante tanta destrucción y muerte. No podemos quedarnos esperando a que nos digan qué hacer y cómo hacerlo, tenemos que hacer algo como humanidad, desde lo individual hasta lo colectivo, si en verdad nos duele y nos indigna la situación de los otros, si en verdad el mundo queremos cambiar.

No voy a caer en el error de dar respuestas o de sugerir recetas, porque inmediatamente estaría coartando la acción que el Espíritu de Dios suscita e inspira de manera creativa en cada uno de nosotros. Simplemente, quiero invitarlos a recordar que no sólo los cristianos sino la humanidad toda, tenemos un legado invaluable de vida, amor, justicia, verdad y transformación, Jesús de Nazaret, a quien durante todo el Evangelio, pero de modo particular hoy, cuando releemos el relato conocido como la multiplicación de los panes, vemos respondiendo de manera eficaz y coherente a las necesidades del ser humano. En Él, las opciones no se tratan de mero palabrerío y de frases demagógicas sino de acciones concretas de perdón, de dignificación, de liberación y de transformación de toda la humanidad, empezando por los más desvalidos y excluidos en este sistema político abusador y criminal.

Hoy, Jesús nos invita a todos no sólo a sentir con los otros sus dolores, angustias y necesidades, sino a responderles con la diligencia de nuestra solidaridad, compartir y amistad sinceras, liberadoras y transformadoras.

Intentemos pasar del fatal “Pobrecito” al acompañamiento sincero y desinteresado de nuestros hermanos que más sufren.

EQUIPO ORIENTACIÓN

domingo, 19 de julio de 2015

Celebra la vida reflexionando.

“Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma”.

Son las palabras que utiliza Marcos para describir una acción concreta que el Maestro realizaba constantemente: enseñar. Además señala la razón de su enseñanza: la compasión, el amor y el compromiso con la historia. También deja entrever que enseñaba con “calma”, es decir respetando los procesos y la historia personal de quienes se le acercaban.

El Maestro sabía que la educación es el camino a la liberación, a la transformación y así a la construcción de “otro mundo posible”. El contexto en el que vivió el nazareno era bastante difícil: sometidos al imperio romano, costumbres religiosas extremistas vacías y excluyentes, la riqueza concentrada en unos pocos, pobres y hambrientos por todos lados… Y ahí empezó el Maestro a sembrar las semillas de la fe, la esperanza, el compromiso y el amor; la educación le permitió ayudar a los judíos a despertar, a luchar pos sus derechos, a acercarse al Dios Padre lejano de la tiranía y la injusticia.

Jesús es un Maestro de Maestros, da testimonio de esto la vida de sus amigos más cercanos. Estuvo 3 años caminando con ellos, escuchándolos, iluminándoles la vida, llevándolos a conocer el dolor del pueblo y desde allí daba luces para la transformación. Jesús educó no desde los dogmas y la información, sino desde la vida de cada uno de éstos: iluminó sus vidas, sanó sus heridas, perdonó sus cargas morales, llenó el vacío emocional con amor propio, les mostró a un Dios Padre bueno y cercano, les dio el tesoro preciado de la amistad sincera, les ayudó a ser hombres que sueñan y construyen un mundo mejor… La vida de los doce y de las mujeres cercanas nunca más volvió a ser la misma, ellos se lanzaron por completo a la ardua tarea de llevar la Buena Nueva a todos los pueblos.

Ojalá todos aquellos que tenemos la oportunidad de ejercer la tarea de educar podamos ser conscientes de la responsabilidad social de nuestra labor; que a ejemplo del Maestro rompamos esquemas, despertemos conciencias, liberemos y ayudemos a la felicidad común y de la mano del Dios de la Vida aportemos en la construcción de un mundo más humanizado, justo y libre.

EQUIPO ORIENTACIÓN


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